lunes, 7 de diciembre de 2009

Hombreras milanesas, un proyecto para salir del atasco de ideas

Debido al alto grado de parón que sufre mi blog, en parte por el bloqueo de ideas, me he decidido a hacer algo totalmente distinto a lo que suelo.

Por ello me lanzo a trabajar chapa (cambio número 1) y de paso haré algo de otro siglo al que suelo (cambio número 2). Para la ocasión estoy estudiando una pieza que resulte a la vez espectacular pero sin ser de una complejidad exagerada: unas hombreras milanesas del s. XV.



Elección


Una vez contrastada la información necesaria y viendo los pros y los contras de cada tipo de hombrera, deseché la más espectacular pero técnicamente más difícil hombrera gótica para trabajar en el tipo italiano de armadura: muchísimo más lisa.



Ventajas de la armadura italiana (o milanesa) del s. XV frente al arnés gótico alemán:


- Son lisas, por lo tanto solo hay que darle al metal una forma básica


- Son asimétricas, lo que quiere decir que no tendré tanto trabajo para hacer dos piezas idénticas.


- Al ser lisas será más fácil darles un buen acabado.


Documentación


Para documentarme he usado los siguientes volúmenes:


- Techniques of Medieval Armour Reproducction, Brian R. Price


- The medieval soldier, de Gerry Embleton y John Howe


- The Armourer and his craft, de Charles Ffoulkes


Así como de la estupenda web de Arador.

Además de impunemente y de forma desvergonzada visitar páginas de artesanos que fabrican este tipo de armadura para poder ponderar el modelo que más me conviene.

De todo lo anterior he obtenido que el metal utilizado era el que los yankis denominan 18ga o 16 ga. (Ffoulkes) Al equivalente europeo, de 1 a 1,3 mm, lo que a mi bruto ser le parece exageradamente delgado. Aun así, antes de ponerme con chapa de 5 mm y un martillo neumático para darle la forma básica, estuve revisando algunos datos.

Primero, hay arneses completos (en la Wallace Collection o el museo de armas de Nápoles) con un peso igual o inferior a los 20 kg. Lo que sugiere chapa no demasiado gruesa.

Segundo, las armaduras más pesadas da la casualidad que fueron construidas para torneo, siendo las de campaña mucho más ligeras y con mejor movilidad.

Tercero, hay que pensar en las armaduras de esta época como en una funda de metal sobre el acolchado.

Cuarto, estamos en una época en que el tratamiento térmico de los metales para armaduras era ya común, y por tanto, podían permitirse el lujo de hacerlas más delgadas.


Planificación


Al final me decidí por diseñar y construir un modelo similar al encontrado en esta web www.jamesarlen.com. Tienen suficiente curvatura como para tener que trabajar un poco con el martillo, además de bordes enrollados, lo cual para mi las convierte en algo más seguro contra cortes y otros percances al llevarla.


Vista frontal


Vista posterior


Nótese la asimetría que hay entre el brazo derecho y el izquierdo, lo cual sugiere que pudiera usarse también en torneo al tener el lado izquierdo más cerrado y reforzado, pero no por ello menos móvil o articulado.

Lo primero de todo es hacerse unos patrones, ya que por desgracia no he encontrado en la red ninguno que me pueda servir (las hombreras son todo modelos más ajustados al brazo, sin superposición sobre el cuerpo del usuario).

De momento y para hacerme los patrones me he enfrascado con cartulina (¡que el piojo verde la confunda!). Un material sobre el que dibujar fácilmente, que se corta sin esfuerzo y que se dobla hacia donde le sale de las gónadas con una facilidad pasmosa.

Las medidas a tomar para tales patrones son:

- Contorno de pecho y brazos

- Distancia del final del humero en el hombro hasta 1/3 del brazo (más o menos a medio bíceps).

-Distancia de la base del cuello hasta el humero en el hombro.

Hay que tener en cuenta que estoas espaldares son más prolongados por detrás y se solapan en mitad de la espalda para mejorar la protección en esa zona.

Mi espaldar estará formado por cuatro láminas, pero en vez de ir atado al gambesón por lazada, lo fijaré al gorjal con hebilla y correa de cuero, con lo cual tendré que tener en cuenta hasta donde articula cada pieza para no bloquearla con dicha correa.

Este tipo de pieza de armadura puede articularse con remaches deslizantes, pero dada mi escasa práctica con dicha técnica, la articulación vendrá dada por correas de cuero en el interior.

Probaré a hacer una maqueta en cartón de 1 mm para ver donde y como hay que sujetar cada correa, ya que la cartulina está siendo una pesadilla más allá de lo recomendable.

Siento no informar de progreso alguno en el proyecto, pero hasta que no sepa muy bien donde y como empezar a dar martillazos, no me arriesgaré a hacer piezas que luego resulten inútiles, ya lo he hecho demasiado en mis otros proyectos.

Próximamente, más.


PD: Si alguien tiene sugerencias, videos demostrativos o cualquier cosa que pueda ayudarme con estos cachivaches, me lo haga saber via comentario :-)

lunes, 7 de septiembre de 2009

Cuando salgas de casa no te lleves dinero contigo, hablo en serio. Podrian pasarte cosas como cruzarte con un señor herrero que ha fabricado un cuchillo descomunal a partir de una pieza de la reja de un arado... y comprarselo.

No era mi intención, ni siquiera fui con ganas de comprar nada, iba a ir a pasar el dia a Besalú, tranquilamente, sin ajetreos ni emociones fuertes ¡lo juro!

Pero ay del confiado (con dinero en el boslillo). Lo ves, lo quieres, lo compras y no puedes más que enseñarlo.



-Oye, que ahí no se aprecia bien...

Increible, también en este blog se ha colado un señor que escribe en colores... ¡y morao pa mas inri!

-No despistes, que no se aprecia bien la bestialidad que te has comprado.

Bueno bueno, vale (grunt), ahí va con un CD para hacerse idea de la escala (y de la magnitud) de algo que el buen herrero me insistio que iba muy bien para podar (y para talar ya de paso medio bosque).


-¿ves como ahora si?

Bah...

Lo dicho, nunca salgais de casa con dinero en el bolsillo, podrias lamentarlo.

domingo, 30 de agosto de 2009

Poniendo orden

Se acaba Agosto, llegamos al fin del verano y al principio de los coleccionables en fasciculos, con enormes cartones de regalo. Es el momento de poner orden en casa, y ya de paso, en la armeria propia.

Esta no es una entrada compleja, ni siquiera aporta esotericos conocimientos en esto de hacer armas y armaduras de epocas pasadas, pero no veas lo que desahoga en casa tener un fantastico armero, y poder fardar de armas en vez de tenerles en cualquier rincon de casa criando oxido (¡al estar a la vista enseguida se lo notas, avispado lector!)

Vease la magna obra:



Es tal cual se ve, un plafon de madera atornillado a la pared con un par de alcayatas alla donde queramos colgar una de nuestras armas. Siempre pueden ponerse alcayatas forjadas a mano, grabar la madera con complejas decoraciones y envejecer la madera. Eso lo dejo para gente con el tiempo, las ganas y el espacio suficientes.

jueves, 13 de agosto de 2009

El babero metalico (II): poniendo el metal en el babero

Despues de tan largas jornadas sin aportar nada nuevo, voy a dar un par explicaciones:

explicación 1: Cuando vas de culo vas de culo...

explicación 2: ademas son un poco perrete.

Pero vamos al tema!

1- Jugando a las chapas

Tomando las medidas al babero, y calculando donde va a ir el metal, conviene hacerse en papel un pequeño esquema de distribución. Siendo la mia un "coat of plates" primigenio, para poder lucirlo en pleno siglo XIII bago una loriga como esta mandado, las placas debian ser de buen tamaño. En mi caso 3 placas de altura por 3 de anchura (5 en la parte blanda del michelín).

Para no errar, lo mejor es hacerse una plantilla de papel con la forma y tamaño de una placa, para luego transportarla a la chapa. Hasta aquí facil, de verdad.

Luego "solo" hay que recortar chapa de 2 mm, pulir sus cantos, perforar 4 agujeros en cada una y listos para unir cuero y metal.

Y una vez más, de todo el proceso hasta aqui, en parte por el tiempo que hace que lo llevé a cabo, en parte por la emoción misma de llevarlo a cabo: NI UNA TRISTE FOTO (ni siquiera la plantilla de papel que escaneé antes que mi scanner pasara a ser un molesto pisapapeles king size).

2- Marcando

En esta parte debemos rendir pleitesia a cierta marca de liquido corrector, que hara nuestra vida más facil ¿Ha probado alguien marcar sobre algo teñido de negro? Pues eso.



Colocando las placas de metal en su disposición final, marcaremos a traves de los agujeros que lucen estas, para luego poder colocarlas una a una sin volverse loco.

3- Un poco de pintura ahorra mucho oxido

Este punto es bien breve, pero una imagen vale más que mil palabras.


Un poco de pintura en spray en el lado de la chapa que esta contra el cuero nos salvara de ponernos churretosos de oxido. Recordad que es una zona harto dificil de en su acceso y mantenimiento.

4- Fijando el metal

Desperataremos un poco de controversia en esta parte. Muchos me dirán que el metal contra el cuero queda mucho mejor remachado, y la verdad es que razón no les falta. La razón por la que mi "babero" va a ir cosido en vez de remachado responde a que es mucho más practico, rápido y no exige tanta resistencia al cuero (recordemos que es serraje, un remache y su arandela pueden cargarselo con más facilidad de la que uno pueda pensar). El otro motivo es el reciclaje, si algún dia esta pieza se rompe, poder reutilizar las placas con facilidad y unas tijeras para irlas soltando.


Por tanto, y sin más dilaciones, cosemos las placas en su sitio previamente marcado y listos.


En la proxima entrega del babero blindado, hablaremos de los correajes que son necesarios para fijarse semejante armatoste al cuerpo, y como narices ponerselo debajo de la loriga sin quedar enredado de forma irremediable en la misma.

jueves, 9 de abril de 2009

OCYO, El Juego de Rol


No andamos tan mal de ortografia, es un acrónimo...

Presentando en sociedad OCYO, el juego de rol multiambiental, sencillo, fail de aprender, rápido de jugar y por encima de todo, GRATIS!

Sabemos todos que esto es un blog de bricomania medieval, pero el evento merece toda la publicidad que se le pueda hacer.

Hartos de juegos para los que doce suplementos (a 40€ cada uno de ellos) son necesarios para siquiera empezar a jugar? Hasta los mismisimos de pasarse de dos a cuatro horas para hacer una misera hoja de personaje? Cansados de discutir en que pagina de que suplemento de reglas indica a que velocidad se mueve un ñu en celo?

¡Nunca más! Con OCYO podras empezar a jugar con leer unas pocas páginas, harás tus hojas de personaje en cuestion de minutos y podrás jugar en la ambientación que mas te plazca.

Porque hay cosas que deberian ser gratis:

domingo, 29 de marzo de 2009

Ganandole grados a la mesa: Un atril portatil

Antes que nada, avisar que solo tengo fotos del proceso terminado, todo ha ido tan rapido que el ansia ha podido a la voluntad de documentación, pero que no se preocupe la concurrencia, que la narración si será completa y con todo lujo de detalles.

A modo informativo, esta se puede considerar una entrada a cuatro manos, pues el trabajo de carpinteria no podria haber llegado a buen termino sin la inestimable colaboración de nuestro buen persa Hassan Ibn Rabbia y de sus nada desdeñables herramientas.

1-Que bonitos son los atriles

atril.

(Por el [l]atril, del lat. *lectorīle, de lector, -ōris, lector).

1. m. Mueble en forma de plano inclinado, con pie o sin él, que sirve para sostener libros, partituras, etc., y leer con más comodidad.

Por desgracia esta definición del diccionario de la Real Académia no incluye una de las principales funciones del atril durante el medievo: Escribir. Pero por ahora nos tendrá que valer.

2-No hay atriles en Ikea

No nos engañemos, el que quiera un atril rustico no podra encontrarlo facilmente, y si lo hace, es más que probable que el precio sea abusivo.

Siguiendo la filosofia que impulsa este blog (y otros similares)¿porque vamos a comprar algo que podamos hacer con nuestras manos? Y encima teniendo madera sobrante de hacer un altillo!

3-Marcando y cortando sobre la marcha, inicio de un trabajo en equipo

Tenemos madera, tenemos referencias, tenemos quien lo quiera y tenemos herramientas. A priori el escenario es inmejorable, pero si le añadimos al representante persa de la Orden del Acero Negro, si que tenemos todo lo que nos podria hacer falta, más que nada porque tiene más herramientas, mas experiencia con la madera y por encima de todo es calígrafo, cosa inestimable al ponerse a hacer un soporte para escribir.

Si ya solo tengo peligro, juntos somos mas peligrosos que un mono con una caja de bombas. Normalmente para hacer algo se requiere planificación, mesura y profunda comprensión de lo que se va a hacer. Lo incorrecto es irse a casa de un compañero recreacionista, sacar las herramientas, un cartabón y un lapiz y ponerse a hacer cosas sobre la marcha con una simple fotografia no demasiado grande como referencia.

El lector atento no tardará en discernir cual de estas opciones tomamos. Así que ni cortos ni perezosos cortamos las cuatro piezas que compondrian nuestra Opus Magna (a saber; una base, un travesaño y dos cuñas con 30º de inclinación)

4-Decoración facil, serrín a buen precio

Una vez tuvimos las piezas, y no sin cierto horror comprobamos lo molesto que resulta contar en angulo con una caladora sin guia, aplicamos un sabio consejo que me dio un profesor hace muchos años:

"Si queda mal por poco, es un error, si es por mucho es que lo habias planeado así"

Frase que no descarto proponer como lema de los armeros amateurs...

Así pues, viendo que el angulo era horrorosamente irregular y del todo irreparable en el travesaño que une las dos cuñas (por lo que no encajaria ni a tiros contra la base), tomamos la de en medio y cortamos un par de centimetros más.

No contentos con esto, y con ayuda de unas brocas para agujerear madera, le hicimos una decoración surtida y simetrica, de la que aún hoy nos sorprendemos. La única advertencia a este metodo es la cantidad de serrin que sale de una maderita de nada, y si el vecino de abajo dice algo, lo negaré todo...

5-Clavando lo inclavable

Como teniamos un par de retales de madera, y sabiendo por experiencia que era muy borde a la hora de clavarle algo, hicimos las pruebas empiricas necesarias:

-Pusimos un clavo
-Lo martillamos para clavarlo
-Rajamos las dos maderas en el proceso en toda su longitud
-Nos sentamos a pensar que leches podriamos hacer

Y he aquí que la solución se presentó casi ella sola, ya que teniamos un taladro, y quien tiene un taladro tiene brocas, y quien tiene brocas suele tener brocas finas.

Un viaje de taladro pasante donde debian ir los clavos y listos para clavar sin peligro de quedarnos con dos piezas donde antes solo habia una.

Pero antención, antes de clavar los antiesteticos clavos del s. XXI (con esa cabeza rugosa y horrendamente redonda y regular), les dimos un viaje con el dremel y una fresa para metal, hasta que dejamos sus cabezas lisas y con bordes completamente irregulares tendientes a cuadrados.

6-Un poco de cola

Solo le faltaba fisicamente una cosa a nuestro atril, un soporte donde apoyar libros, papeles y pergaminos (podeis hacer la prueba en casa, 30º parecen pocos, pero las cosas resbalan con premura a la menor oportunidad). La manera de hacerlo es pegando un listoncillo de madera en la parte mas baja del atril, y puesto que no forma parte de la estructura, es suficiente pegarlo con un poco de cola blanca y unas sargentas para hacer presión.

7-Retoques finales

Terminado de montar, solo le faltaba un intenso pulido (hala, mas serrín!), y algo para proteger aunque fuera minimamente la madera.

Algo ideal para proteger el atril es el aceite de linaza, que es a la postre, histórico, ya que se obtiene de la semilla de la planta de lino. Cien por cine histórico hubiera sido hacerlo con aceite de linaza natural, pero dado que eso tardaría como una semana en secarse y deja siempre un tacto aceitoso (poco recomendable para apoyar en esa madera cosas que se manchen), me decidi a usar el aceite de linaza con secante (en 24 horas dos capas y listo) que con sumo gusto aplicó mi mujer, nueva dueña ya del atril.

Con esta protección no solo conseguimos que la madera, valga la redundancia, este más protegida, si no que acentuamos su color y el dibujo natural de la veta.

Siento la absoluta escasez de fotos, pero cuando haces algo sobre la marcha, en lo ultimo que piensas es en documentarlo, que se le va a hacer, por de pronto al menos tenemos el resultado final.


De frente

De medio perfil

Y la decoración trasera

Control de daños:

-Serrin hasta en sitios que desconocia que tenía.
-Cuatro ojos irritados.
-Olor a aserradero en cierto balcón.

PD: El resto de proyectos sigue adelante, a falta de material para terminarlo adecuadamente ya hay un nuevo escudo grande de narices (esta vez un escudo almendrado y curvado siguiendo los preceptos de la Axilidad). El babero blindado también esta encaminado, pues ya contamos con las placas para colocar (una virgueria de chapa de 2 mm). En breve, más.

viernes, 9 de enero de 2009

No es oro todo lo que reluce ni acero todo lo que se ve pulido

Como ha habido cierta expectativa acerca de una espada rota (expectativa que yo mismo he mantenido y alentado a que negarlo), haremos una entrada que me ha requerido escasa habilidad manual. Hay un numero limitado de fotos, más que nada porque soy un prisas, es por ello que me complazco en ofrecer a modo de compensación mi primera entrada en NADSAT


La adquisición


Gulando por el mercado medieval de Vic, a escasos 6ºC y un poco cansado de ver “artesanos” con un tenderete de producción industrial en tierras chinas, encontré a un mercader de esto de las armas que me vendía a precio dobo una espada para combate.


La hoja sonaba cantarina, el pomo aun estando roscado se apreciaba joroschó, la empuñadura no bailaba y el arriaz brillaba pulido bajo el sol. Dicho y hecho, cambiamos espada por dengo después de goborar un rato y me fui satisfecho y alegre.


La interfecta


El horror


Al día siguiente de tan estupenda cupera, convencido yo de tener una espada de veras joroschó (una vez más, la hoja me parecía chudesña), pusimos en practica junto con el resto de drugos de la Orden del Acero Negro nuestros conocimientos y nuestras ganas de dratsar. Ahí fue, oh tragedia, cuando el arriaz de mi arma, conecto un butcharnó con el escudo de Quinto de Bocangel, audiando la concurrencia un chumchum metálico contra el suelo.


Videando detenidamente la hoja nos dimos cuenta del desastre, el arriaz se había crarcado dejándolo asimétrico ¡Hierro colado por Belcebú! Aquel arriaz no era más que hierro colado del más maluolo cromado (y con un cromado muy dobo eso si) para despistar.


El cuerpo del delito


Lo peor de todo, fue darme cuenta al desmontarla (resulta practico que el pomo vaya roscado), que solo esa pieza era de inferior calidad, pues la hoja tenia una espiga de 20 mm de ancho y 6 mm de grosor, y el pomo iba roscado sobre una espiga del 6.


Acto seguido contacté con el vendedor para hacerle ver que su artículo no resultaba seguro, y me ofreció una espada de sustitución, cosa que acepte encantado.


Al llegar a mis manos, me di cuenta que el arriaz de la nueva era de buen acero, que el pomo roscado estaba perfectamente encajado y no se iba a mover nunca mas, y que la hoja era lo mas feo y antiestético que he visto en la vida… Un trozo de plancha con forma vagamente espadil y 4 mm de grosor, blanda y rigida.


La decisión.


Viendo el percal, pedí si podía quedarme los restos de la anterior espada para intentar repararla. Cosa a la que el buen mercader accedió.


Ya estaba yo pensando como fabricarme un arriaz que no fuera feo de narices, o directamente antiestético. Que si amolando, que si puliendo, que si quitando el del bicho nuevo que me habían traído… Finalmente, se me apareció una especie de ángel: un hombre a escasos quince minutos andando de mi puesto de trabajo podía venderme un arriaz suelto, listo para montar por un precio escaso. Mi decisión estaba tomada.


Montando que es gerundio


El arriaz se veía duro como hierro acerado que es. Recto, pero con reducción hacia los extremos, rustico pero elegante. El único problema era que la perforación por donde debía entrar la espiga era insuficiente en anchura (aunque de grosor perfecto). La solución fue realmente fácil: el arriaz es hierro y la espada es acero, luego el arriaz es más blando que la espada.



Primero, hice un rebaje en la zona donde encajar la hoja provisto de mi dremel y de discos esmeriles “heavy duty” (cobrados a precio de hard face).


Luego, armado de unas maderas, una buena maza y un trozo de tubo dobo grueso, me dispuse a montar el invento de forma que jamás se moviera de su sitio.


Las maderas puestas sobre el arriaz para no marcarlo y el tubo sobre estas con la espiga pasando por su interior fueron el preludio del gronco concierto de tolchocos que requiere encajar en frío un trozo de hierro en otro.


Terminada la labor, solo quedaba poner la empuñadura en su sitio, roscar joroschó y colocar el pomo terminando un trabajo muy satisfactorio.


El resultado


El resultado (2)