lunes, 1 de diciembre de 2008

El infierno portatil, una forja en miniatura para todos los publicos.

Para variar un poco los trabajos en frio que vengo publicando en este blog, presentamos hoy en sociedad a la miniforja. Practica, portatil y otro sinfin de cualidades que comentare en cuanto se me ocurran...

Pero sin más dilaciones...

La miniforja

Como buen armero aficionado que soy, el peligro que representan las herramientas de taladro y corte, los martillazos en lugares dolorosos y otros problemas de "seguridad", llego un dia uqe me supieron a poco. Así pues, con la cabeza sobre los hombros (aun) me dispuse a añadir calor a tan florido listado.

Mi idea era hacer una forja lo bastante pequeña para poder llevarla conmigo, y que una vez en casa, no me diera la impresion de estar en la fragua de vulcano.

Estudiando algunos diseños, vi unos muy apañados que incluian un tubo perforado para forzar aire al fuego sin tener que incrustar un fuelle directamente al calor. Todos los diseños revisados tenian un pero: el más pequeño estaba hecho en una carretilla de obra y llevaba algun que otro saco de cemento y ladrillos refractarios. Vamos, de pequeñas ni las ganas.

Fue paseando por un establecimiento comercial regentado por sonrientes orientales (es que poner chinos quedaba corto...) donde recibi una señal: ¡moldes de pasteleria!

Pero ¿como hacer un simple molde resistente a las iras de Hefesto? ¿que podria yo simple mortal hacer para evitar acabar con un molde de hojalata derretido e inservible? Pues una sección de bricolage me dio la respuesta: masilla refractaria (¡hasta 1500ºC de resistencia rezaba su etiqueta!)


Aqui el tubo, el molde y la masilla

El primer paso es sencillo, ayudado por un dremel y un disco de corte, practicarle dos boquetes generosos al molde, por donde incrustar el tubo.


Esto da mucha grima y recuerda a un dentista

Después de tener ambas piezas montadas, agujeros de 4 mm de diametro cada 3 cm de tubo (aunque el se puede perforar antes, que el orden de los factores no altera el producto).


Unos buenos agujeros para que al aire alimente el fuego

Después de comprobar que ambos tarros de la masilla que me habian vendido estaban mas secos que Tutankhamon, y con alegria darme cuenta que no sabia donde carajos habia metido el ticket...
pasé a la ofensiva y compre 2kg de mortero refractario (con algo habia que rellenar).

Ni corto ni perezoso, hice la mezcla, rellene el fondo del molde hasta el nivel del tubo (ojo que taponé los agujeros con papel, no fuera que acabara con un tubo relleno) y le di generosamente a las "paredes" del molde.


No me van a dar ningún premio por su aspecto, pero es efectivo

Pasadas unas horas de endurecimiento y secado (le di unas 36 por si las moscas), le enchufé un secador, tapone una de las salidas del tubo y le metí fuego (no, no me habia enfadado con ello, es que era preceptivo).


El sofisticado metodo de unión del secador

Cuando aquello ardía bien, encendi el secador para forzar aire al interior y como prueba di forma a un trozo de PH (Puto Hierro) que tenia por ahi.

Burn baby burn!



En esta foto la cosa llevaba una hora encendida

Resultado final:

1- Necesito un secador mas potente o un extractor, o eso aumentar el tamaño de los agujeros de salida, porque si no se satura y se para el motor (lo cual no debe ser muy bueno).

2- El molde ha resistido bien, lo cual me llena de gozo y esas cosas, apuesta arriesgada solventada con éxito.

3- Paciencia, es lo que voy a necesitar, lo lleva a temperatura pero le hace falta su ratito.

4- Hay que guardar todos los tickets de lo que se compre...

Control de daños

Por una vez y sin que sirva de precendente: ninguno